Por: Abner Lucero Recinos/laPrensa
San Juan Sacatepéquez es reconocido nacional e
internacionalmente como “La Tierra de las Flores”, porque se caracteriza por la
amplia y buena calidad de las cosechas de flores, cuyo cultivo es la fuente de
ingresos más importante entre las familias sanjuaneras.
Una gran parte de su población participa en la
producción, cosecha y venta de la gran variedad de flores, entre las cuales destacan
las rosas y crisantemos.
Además, el trabajo de floricultor es de carácter
familiar, puesto que esta actividad pasa de generación en generación. Los
pobladores aprovechan el tipo de tierra y el clima para cultivar, además de las
flores, plantas ornamentales.
María Alejandra, vendedora, desde hace 12 años se instala
en el Parque Central, a partir de las tres de la mañana. En su puesto ofrece
rosas de colores, y cuenta que vende un aproximado de 100 manojos diarios.
Las aldeas más importantes en cuanto a la producción
se refieren son Loma Alta, camino a San Pedro, aldea Cruz Blanca y Sajcavillá. Los
floricultores cuentan con calidad de
manufactura y buenas prácticas agrícolas, lo cual les ha permitido posicionarse
en mercados fuera de Guatemala.
Historia: Según
algunos abuelos en el año 1975, como cuentan, fue un clavel el que empezó la
historia de la floricultura sanjuanera, ya que esta flor fue la primera que se cultivó.
El clavel fue comercializado por el
estadounidense Andrés Strombo en 1910.
También, se cuenta en la revista que Claudio Curup
trabajó con Strombo, y luego se unirían Víctor y Félix Curup, estos últimos, hermanos.
Claudio se interesó por los vástagos de clavel, pero
le fue negada la venta. Era tanta la
insistencia por poseer estos vástagos, que los hermanos Curup llevaron
flores al mercado, y por la noche, vecinos entraron a los jardines y robaron
los vástagos.
Mercado
nocturno de flores
Todos los miércoles, en el Parque Central
de San Juan Sacatepéquez se instala el mercado nocturno, en donde presentan sus
mejores cosechas; vienen personas del interior del país y de países vecinos.
“Como vendedores nos beneficia
bastante que las personas vengan de otros lugares, porque compran las flores
por mayor o por maletas. Por lo regular vienen de Quetzaltenango, Esquipulas,
Almolonga, Sololá y de países como El Salvador, Honduras, entre otros”, expresa
Marta Julia, quien se dedica a la comercialización de flores desde hace 17
años.