El gobierno de Panamá
anunció este viernes 8 de septiembre que comenzará a deportar a los migrantes
que ingresan al país por la inhóspita selva del Darién, en la frontera con
Colombia, con el fin de frenar la ola migratoria rumbo a Estados Unidos.
“Dentro de nuestras
capacidades y presupuesto incrementaremos las acciones para ir paulatinamente y
progresivamente aumentando las deportaciones y expulsiones” de migrantes que
ingresen de forma irregular al país, señaló la directora nacional de Migración,
Samira Gozaine, en rueda de prensa.
La frontera natural del
Darién, de 266 km de largo y 575 mil hectáreas de superficie, se ha convertido
en los últimos años en un corredor para los migrantes que, desde Sudamérica,
tratan de llegar a Estados Unidos a través de América Central y México.
En lo que va de año más de
348 mil personas han cruzado el Darién, pese a que Estados Unidos ha advertido
de que no permitirá ingresar a su territorio a quienes entren de manera
irregular a Panamá, se ha revelado oficialmente.
Desde este mes de abril las
autoridades panameñas han deportado a 452 personas, una cifra ínfima.
“El gobierno panameño está
preparando diversas aeronaves y está en proceso de contratación de vuelos
chárter para la deportación de migrantes”, informó Gozaine
El total de migrantes que
este año ha ingresado a Panamá por el Darién ya supera en más de 100 mil la
cifra de todo el año anterior, cuando 248 mil personas hicieron esa travesía,
rompiendo todos los registros migratorios anteriores por la jungla.
Sin embargo, Gozaine
reconoció que el gobierno panameño no podrá realizar deportaciones masivas por
falta de recursos, por lo que se centrarán en primer lugar en las personas que
tengan antecedentes penales.
“Obviamente, tenemos
recursos limitados, nos gustaría que si entran 3 mil personas [de manera
irregular a Panamá] deportar a las 3 mil, pero es imposible, no es operativo”,
dijo la funcionaria.
Casi la mitad son venezolanos,
aunque también destacan los haitianos, ecuatorianos y colombianos. Además, hay
asiáticos, con un número creciente de chinos, y africanos, sobre todo de
Camerún.