¿Qué
son las redes sociales?
Las redes sociales son
estructuras formadas en internet por personas u organizaciones que se conectan
a partir de intereses o valores comunes. A través de ellas, se crean relaciones
entre individuos o empresas, de forma rápida, sin jerarquía ni límites físicos.
¿Cuál
es la función de las redes sociales?
Al final, la principal
función de una red social es conectar personas dentro del mundo virtual, sea
para construir nuevas conexiones sociales o solo para mantener las existentes.
Es innegable el éxito alcanzado por las redes sociales que conocemos, como
Facebook y WhatsApp.
¿Qué hacen las redes sociales en las personas?
Resumen. Las redes sociales
tienen dos funciones bien claras: facilitar la comunicación y el intercambio de
información, y hacer favorecer la creación de comunidades. Esas dos funciones
pueden ayudar a entender su rápido crecimiento y su omnipresencia en la vida de
las personas.
¿Qué
son los medios masivos de comunicación?
Los medios masivos de
comunicación son el conjunto de recursos que obtienen y difunden información a
una audiencia amplia y diversa, los cuales moldean la opinión pública, pues se
acepta por cierta la información que brindan, otorgándole credibilidad y un
grado de confianza.
Estos conceptos son los que
a muchas personas les falta entender, inclusive a comunicadores con
experiencia, por la sencilla razón de que toman las redes sociales como medios masivos
de comunicación, cuando en realidad no lo son, porque son simplemente redes,
como su nombre lo indica, redes que forman comunidades, pero no masivamente.
Entonces, la función de las
redes sociales nunca se puede comparar con las funciones de los medios masivos
de comunicación, que tienen otros alcances, y sus funciones son mucho más
amplias que las de las redes sociales, que en un momento pueden reunir a miles
de seguidores, pero solo hasta ahí; no pueden influir en todos estos
conectados.
Los medios masivos de
comunicación, como la radio, la televisión y los periódicos, incluso revistas,
sí pueden llegar a influir y provocar cambios en la opinión pública, porque no
se trata de difundir para seguidores, sino para gente lectora, radioescucha,
televidente, que piensa y analiza antes de tomar decisiones.
Los seguidores de las redes
sociales y quienes creemos en los medios masivos de comunicación, somos conscientes
de que somos utilizantes de la libre expresión, derecho humano fundamental de
la raza humana y reconocida internacionalmente.
Lo anterior es para analizar
el conflicto judicial en Brasil con la plataforma X, de Elon Musk (antes
conocida como Twitter), que coloca sobre el escritorio una cuestión que cobra
cada vez más relevancia, todo lo relacionado con el funcionamiento de ese
instrumento en el ejercicio de la libertad de expresión.
No se puede, en ningún
sentido, hablar de libertades absolutas, porque el ejercicio de cualquiera de
ellas implica también responsabilidades. Nuestra legislación garantiza a todos
la libre expresión, pero establece límites y permite a quienes se sientan agraviados
ejercitar no solo el derecho de réplica, sino el de resarcimiento por los daños
que pueda haber sufrido si se comprueba falsedad.
En el mundo eso funciona
para todos los comunicadores y ciudadanos que se expresan a través de los
medios sociales convencionales, que tienen que cumplir con requisitos como el
de la responsabilidad de quien publica algo o, en su defecto, de los directores
o editores del medio. En las redes sociales únicamente se practica el derecho
absoluto y sin limitaciones para decir lo que cualquiera desee, sin riesgo de
consecuencias, porque se permite el uso de seudónimos o cuentas con perfiles
falsos, lo que no deja espacio para que los ofendidos puedan reclamar, y las
cadenas como X evaden toda responsabilidad. Hay que seguir analizando.