Otto Pérez Molina, ex
presidente de la República se entregó a la justicia el 3 de septiembre de 2015,
Los presuntos abusos en el cargo le costaron su puesto y la libertad. Cinco
años después, persiste ese ambiente de corrupción.
En septiembre de 2015 se dictó
prisión preventiva contra Otto Pérez Molina después de renunciar por su posible
implicación en el caso La Línea.
Cuando se da a conocer que
la Fiscalía contra la impunidad abrió la investigación del caso denominado La
Línea, comenzó a desmoronarse el gobierno
del extinto Partido Patriota (PP).
Los señalamientos apuntaron
a funcionarios del ejecutivo, su alcance llegó a la cúpula de varios altos
cargos de turno, incluido el binomio presidencial.
Pérez Molina anunció la
renuncia de Roxana Baldetti.el 8 de mayo y cuatro meses después él dimitió del cargo, tras perder la inmunidad
por un Congreso que le dio la espalda y una orden de captura en su contra por
el caso La línea.
Será juzgado por caso
especial de defraudación aduanera, cohecho pasivo y asociación ilícita. Pero
las investigaciones también lo vinculan al caso Cooptación del Estado, en el
que está pendiente la audiencia de acusación y la de primera declaración en el
caso Red de Poder, Corrupción y Lavado.
“Hubo mucho respeto, en ese momento, a la
institucionalidad. Se respetó el trabajo de la fiscalía. No tuvimos ningún
boicot de autoridades de Gobernación que impidiera que continuáramos
desarrollando nuestra función, como sí ocurrió otra vez con otro jefe de
Estado”, explicó Juan Francisco Sandoval, jefe de la Fiscalía Especial contra
la Impunidad (Feci).