El año 2020 quedará grabado en la historia como uno en el que el mundo se vio enfrentado a uno de los retos más complejo que ha enfrentado: la pandemia del COVID-19.
Como parte de las acciones por la emergencia sanitaria causada por la pandemia, en Cementos Progreso dieron inicio con programas para apoyar a las comunidades vecinas de la Planta San Gabriel, además, de asegurar la sostenibilidad de las operaciones mediante protocolos sanitarios adheridos a las disposiciones gubernamentales.
Dentro de dicha planta, se manejan fichas epidemiológicas con cada persona, el traslado de colaboradores se debe realizar haciendo una ocupación del 50% de las unidades donde previo al abordaje se toma temperatura y se realiza limpieza de manos con gel al personal que hace uso del medio de transporte.
En las
instalaciones, el uso de mascarillas certificadas N95 y KN95 es obligatorio
junto a otras medidas preventivas acompañadas por una campaña permanente de
concientización.
Tecnología para aprovechar el agua de lluvia
“Se establecieron mecanismos para preservar el agua y utilizarla adecuadamente para que la flora, fauna, las comunidades y las operaciones, sean eficientes y sostenibles, todas las aguas residuales industriales, residenciales y administrativas son tratadas, a través de procesos wetland y el agua tratada se reúsa al 100%, dentro de las instalaciones para el riego de jardines”, detallan en un comunicado.
El
uso del reservorio de agua de lluvia podría compararse con el de un aljibe o
depósito de agua doméstico. Tiene 8 metros de profundidad y una capacidad de
150,000 metros cúbicos, lo que equivale a 65 piscinas olímpicas.
Programas
productivos
La alimentación es uno de los temas prioritarios y donde más concentramos nuestros esfuerzos para apoyar a nuestros vecinos en las comunidades cercanas a nuestras operaciones. El programa Jardines Vegetales está enfocado en la seguridad alimentaria nutricional de 284 las familias, a través del autoconsumo de las hortalizas producidas y venta de los excedentes en la producción.
En este año también se desarrollaron los programas Sistema Milpa con 150 familias beneficiadas, Caficultura sostenible con 115 familias participantes y Floricultura para el desarrollo, con 136 familias beneficiadas.
Durante la pandemia, apoyaron al sector floriculturista del municipio con la comercialización de más de 6,000 docenas de rosas, distribuidas entre colaboradores y público externo.
Asimismo,
en los últimos meses se compartió más de 13 mil kits con alimentos para las
familias, alcohol en gel e insumos médicos para los trabajadores de la salud,
Bomberos Voluntarios, Policía Nacional Civil y la Alcaldía Indígena.