Tres atentados suicidas con bombas causaron decenas de muertos el jueves en las afueras del aeropuerto de Kabul, donde estaban concentradas miles de personas que intentaban huir de Afganistán y horas después de que Estados Unidos y sus aliados instaran a los afganos a abandonar el área debido a una amenaza del Estado Islámico.
Entre las víctimas
mortales hay personal militar norteamericano, confirmó el Pentágono.
Horas después de los
dos primeros atentados, una tercera explosión fue reportada cerca al aeropuerto
de Kabul. De acuerdo con un reportero de Reuters, al menos 10 soldados
estadounidense murieron.
“Podemos confirmar que
varios militares estadounidenses murieron en el complejo ataque de hoy contra
el aeropuerto de Kabul” y que “varios otros están siendo tratados por heridas”,
dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby, en un comunicado, calificando el
atentado de “ataque atroz”.
Una fuente oficial de
salud afgana aseguró a la BBC que al menos 60 personas murieron y 140 heridos
tras la explosión. Sin embargo, aún está por confirmar si entre ese número
están los militares estadounidenses.
No obstante, el saldo
de víctimas variaba en las primeras horas tras la explosión. Fuentes talibanas
y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijeron que 13 personas
habían muerto, incluidos niños, y 15 habían resultado heridas.
La ONG italiana
Emergency, que tiene un hospital en Kabul, dijo que estaba atendiendo a 30
pacientes heridos y que otros seis habían llegado muertos. Medios locales
hablan de más de 100 víctimas entre muertos y heridos.
Los funcionarios
estadounidenses “creen firmemente” que el grupo ISIS-Khorasan estuvo detrás de
los ataques, dijo a Reuters una fuente familiarizada con las reuniones
informativas del Congreso sobre Afganistán.
Una segunda fuente del
gobierno de EEUU familiarizada con las actividades de inteligencia dijo que, si
bien Washington todavía está investigando, el ataque al aeropuerto tiene “todas
las características” de un ataque de ISIS-K.