Por EFE
Hace unas semanas la
renovación de Leo Messi por el París Saint-Germain parecía de trámite. Desde
entonces, con el Mundial en el bolsillo, la continuidad del argentino más allá
de 2024 no parece cantada.
El ex barcelonista firmó en
verano de 2021 un contrato de dos temporadas por el club francés, por lo que
desde el pasado 1 de enero es libre de negociar con cualquier club del mundo.
El acuerdo incluía una temporada suplementaria si ambas partes estaban de
acuerdo.
Antes del Mundial catarí el presidente del PSG, Nasser
Al-Khelaifi, mostró su deseo de contar con Messi más allá de 2024. Dejó
entrever que todo iba por el buen camino.
El jugador entonces no lo valoró
y aseguró que hablarían tras el Mundial. Al mismo tiempo su entorno dejaba
entrever que tras un primer año de transición Messi se siente ya cómodo en
París. Además, aseguraron que estaba listo para proseguir la aventura.
En las últimas semanas han aparecido
algunas nebulosas en lo que parecía un asunto claro. Aunque ni el jugador ni el
club lo admiten de forma oficial, la firma parece haber encallado y la
continuidad de Messi en París no es ya un asunto cerrado.
El PSG quita hierro a los problemas y asegura que las
negociaciones están “dentro del calendario fijado”, que preveía que la
negociación se concretara tras el Mundial.
Según publica este miércoles el diario L’Équipe, el club ya
no está dispuesto a ofrecer las mismas cantidades al jugador, porque se ha
visto obligado a apretarse el cinturón por la vigilancia creciente de la UEFA
sobre sus cuentas y porque hizo un enorme esfuerzo para retener a Kylian
Mbappé, convertido en el eje central de la plantilla y en el jugador mejor
pagado.