El Papa Francisco llegó al
Hospital Agostino Gemelli de Roma este martes 6 de junio a las 10:40 a.m, hora
local, para someterse a un control médico y regresó al Vaticano antes del
mediodía.
El director de la Oficina de
Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, confirmó: "Esta mañana el Papa
Francisco acudió al Policlínico Gemelli para someterse a algunos exámenes clínicos
y regresó al Vaticano antes del mediodía".
Fuentes del Vaticano han
informado que la visita médica había sido “programada” en la agenda diaria del
Pontífice.
“Se trataría de un examen de
medicina nuclear necesario para obtener información sobre los órganos y tejidos
internos. El chequeo del Papa Francisco comenzó a las 10:40 horas y finalizó
hacia las 11:20 horas”.
El Pontífice salió del
hospital en automóvil y entró en el Vaticano por la puerta Perugino a las 11:40
horas, según informó la agencia italiana “ANSA”.
La visita fue llevada a cabo
en el “Centro de Medicina del Envejecimiento del policlínico universitario”,
donde hay una unidad de medicina nuclear, una especialidad médica que utiliza
radiotrazadores (radiofármacos) para evaluar las funciones corporales y para
diagnosticar y tratar enfermedades.
El pasado 26 de mayo, el
Santo Padre presentó fiebre y por ese motivo canceló las audiencias de esa
mañana. Sin embargo, al día siguiente, el Papa salió del Vaticano para
trasladarse en automóvil a los estudios de la televisión pública italiana, “RAI”,
en Saxa Rubra, para grabar una entrevista, transmitida en el programa “A sua
immagine”.
En ese espacio, el Sucesor
de Pedro bromeó con algunos huéspedes de la misma transmisión televisiva que le
preguntaban sobre su salud: “¡Sigo vivo!”, respondió.
Cabe recordar que el
Pontífice fue ingresado en el Hospital Gemelli de Roma a finales de marzo
debido a una bronquitis. En esa ocasión, la Oficina de Prensa explicó que “en
los últimos días el Papa Francisco se quejó de algunas dificultades
respiratorias”.
Durante la rueda de prensa
en el vuelo de regreso a Roma tras su viaje apostólico a Budapest (Hungría), el
30 de abril, el Pontífice respondió sobre su estado de salud: “Lo que tuve fue
un fuerte malestar al final de la audiencia del miércoles. No tenía ganas de
comer, me acosté un poco, no perdí el conocimiento, pero sí que había una
fiebre muy alta y a las tres de la tarde el médico me llevó inmediatamente al
hospital”, señaló.