El infierno que ha azotado la isla
hawaiana ha cobrado la vida de decenas de personas y ha dejado daños materiales
valorados en millones de dólares.
El saldo de víctimas fatales del
incendio en Hawái, el más mortífero en Estados Unidos en más de un siglo, se
acerca al centenar en medio de crecientes críticas a la gestión de la crisis.
El condado de Maui confirmó al menos 96
muertos, pero las autoridades han seguido advirtiendo que la cifra puede
aumentar a medida que los equipos de rescate con perros entrenados siguen en la
tarea de búsqueda entre las casas y vehículos calcinados.
Lahaina, ciudad costera de la isla de
Maui, quedó casi completamente destruida por el voraz infierno que la arrasó en
las primeras horas del miércoles 9 de agosto, mientras los sobrevivientes
denuncian que no recibieron ningún aviso.
Interrogada sobre la razón por la que
las sirenas de la isla no sonaron, la senadora por el estado de Hawái, Mazie
Hirono, respondió que esperaría los resultados de la investigación anunciada
por la fiscal general de ese estado, Anne Lopez.
“No voy a dar ninguna excusa para esta
tragedia”, dijo la demócrata.
“En lo que a mí respecta, estamos
concentrados en la necesidad de rescate, y tristemente, en la localización de
más cuerpos”, añadió la congresista.
El fuego destruyó más de 2200
estructuras en Lahaina, y oficialmente las pérdidas se estiman en 5500 millones
de dólares, sin contar los miles de damnificados que quedaron sin hogar.
“Los restos que estamos encontrando son
de un incendio que fundió el metal”, dijo John Pelletier, jefe de la Policía de
Maui.
Los cuerpos recuperados son difíciles de
identificar, explicó el oficial. Solo dos de ellos pudieron ser identificados.
“Vamos tan rápido como podemos. Pero
para que lo sepan, 3 % es lo que ha sido rastreado con los perros“, explicó
Pelletier.
Este es el incendio más mortífero en
Estados Unidos desde 1918, cuando 453 personas murieron en Minnesota y
Wisconsin, según el grupo de investigación sin fines de lucro Asociación
Nacional de Protección contra Incendios.
Surgen preguntas sobre qué tan
preparadas estaban las autoridades para la catástrofe, pese a la exposición de
la isla a peligros naturales como tsunamis, terremotos y violentas tormentas.
En su plan de manejo de emergencias del
año pasado, el estado de Hawái describe el riesgo de afectación a los
habitantes por incendios forestales como bajo.
Sin embargo, los mecanismos de
advertencia destinados a proteger a los ciudadanos en caso de un desastre,
parecen no haber funcionado.
Maui sufrió varios cortes de energía
durante la crisis, evitando que muchos residentes recibieran alertas por medio
de sus teléfonos celulares. Ninguna sirena de emergencia funcionó y muchos
residentes de Lahaina dijeron que se enteraron del fuego al ver a los vecinos
que corrían por las calles o cuando lo vieron por sí mismos.