Tesla, compañía que diseña,
fabrica y vende automóviles eléctricos, también ha concentrado sus esfuerzos de
investigación y desarrollo para ofrecer nuevos avances en el campo de la
robótica. Así lo evidenció el más reciente encargo de desarrollar un modelo
autómata bípedo de uso general, capaz de realizar tareas seguras, repetitivas o
aburridas.
Se trata de Optimus, el
robot humanoide desarrollado por la empresa dirigida por Elon Musk, que fue
presentado a finales del año pasado y actualmente evoluciona a pasos
agigantados. Al menos así se puede apreciar cómo esta máquina es capaz de
reconocer y calibrar automáticamente sus extremidades.
Dicho de otra manera, el
robot ahora tiene la capacidad de conocer en qué lugar exacto del espacio se
encuentran sus dedos, manos o brazos. Algo que es posible gracias a las cámaras
instaladas en su cabeza y a una serie de codificadores ubicados en las juntas
de cada parte de las extremidades del dispositivo.
Este sistema de visión
artificial es entrenado en la red neuronal de extremo a extremo que lo
potencia, la cual actúa como un cerebro que le permite utilizar estas cámaras
como si fueran ojos. Esto no solo ayuda a que Optimus se ubique espacialmente,
sino que le permite aprender y completar tareas de un modo más eficiente.
Gracias a esto, el robot es
capaz de clasificar objetos incluso si hay influencias externas que los alteren
o si requiere realizar el proceso inverso, seleccionando estos objetos para
incorporarlos a un conjunto heterogéneo.
Adicionalmente, este modelo
autómata es capaz de adoptar posturas propias del yoga, que le sirven a Tesla
para demostrar las capacidades que posee esta máquina en temas relacionados con
el equilibrio y la percepción del espacio.
Optimus es una de las
apuestas más arriesgadas que Tesla ha abordado en los últimos tiempos, pero el
robot humanoide está mostrando avances muy interesantes, gracias a la red
neuronal que lo potencia y le permite aprender más rápido a completar
determinadas labores de forma 100 % autónoma.
Por ahora, desde el cuartel
general de Tesla, Optimus, en Palo Alto, California, los ingenieros continúan
impulsando las habilidades de su robot y aún buscan más personal para su
desarrollo, con empleos que se aproximan a los 300 000 dólares de salario
anual. La mira está puesta en convertir este modelo autómata en uno de los
primeros robots humanoides de uso personal.