En diez años, la tasa de
homicidios en Guatemala se ha reducido en un 50%, es decir, pasó de 34.9 (cifra
de 2013) a 17.3 (dato de 2022) por cada 100 mil habitantes, según la Secretaría
Técnica del Consejo Nacional de Seguridad y el Centro de Investigaciones
Económicas Nacionales (CIEN).
Al comparar la cifra con
otros países de Centroamérica, Guatemala es una de las naciones con la tasa más
alta, detrás de Honduras que registra 29.7 homicidios por cada 100 mil
habitantes. Costa Rica reporta una tasa de 12.2 y Panamá 11.5
La tasa de El Salvador,
antes de 2019, era superior a la de Guatemala; sin embargo, durante el gobierno
de Nayib Bukele, bajó y en 2022 se reportó
7.8 homicidios por cada 100 mil habitantes, la más baja en Centroamérica,
según datos de la Policía Nacional de El Salvador.
A pesar de que la cifra se
redujo, persiste la imagen que Guatemala es
un país violento.
El experto en Seguridad Ciudadana del CIEN Walter
Menchú, indica que la tasa de homicidios en Guatemala empezó a reducirse en
2011 (39.1), y la tendencia se mantiene durante los gobiernos Otto Pérez
Molina, Jimmy Morales y Alejandro Giammattei.
Autoridades del Ministerio
de Gobernación (MINGOB), explican que en 2019 y 2020 la cifra se redujo por las
medidas para prevenir el covid-19. Pero, enfatizan que hubo un repunte de
violencia intrafamiliar, violaciones y extorsiones.
Karla Campos, abogada y
analista de Seguridad, explica que se debe abordar el tema de la violencia de
manera integral, porque a través del análisis, se determinará que provocó el
crimen.
Corinne Dedik, investigadora
del CIEN, afirma que muchas de las extorsiones se coordinan o salen de los
centros carcelarios. Además, indica que algunas de las medidas que han
implementado las autoridades son requisas y bloqueo de señal en las cárceles,
pero el fenómeno persiste.
El vocero del Ministerio de
Gobernación, Jorge Aguilar, destaca que cada gobierno ha propuesto acciones
para reducir los actos delictivos y constantemente estudian los hechos y
homicidios, reconoce que aún existe un déficit de agentes para dar cobertura en
todo el territorio. "Es frecuente que los agentes nuevos estén por unos
meses y luego migren a Estados Unidos o busquen una oportunidad laboral en
otras instituciones," declara.
"Muchos de los homicidios
se relacionan con rivalidad entre pandillas y crimen organizado, violencia
intrafamiliar (celos) o extorsión”, añade.