El Vaticano se manifestó entristecido
por algunas escenas de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de
París, y en un comunicado emitido este sábado 3 de agosto se unió a quien
deploró la ofensa causada a muchos cristianos y creyentes de otras religiones.
El Vaticano añadió que "en un
evento prestigioso en el que el mundo entero se reúne para compartir valores comunes,
no debería haber alusiones ridículas a la religión", en alusión a algunas
escenas de la ceremonia en la que pareció representarse la Última Cena.
"La Santa Sede, entristecida por
algunas escenas de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París,
no puede sino unirse a las voces que se han alzado en los últimos días para
deplorar la ofensa causada a muchos cristianos y creyentes de otras
religiones", comienza la nota.
Y afirma que "la libertad de
expresión, que evidentemente no se cuestiona, solo está limitada por el respeto
a los demás".
Los obispos franceses y otros miembros
de la Iglesia católica habían criticado algunas de las actuaciones de la
ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París, en concreto la que llevó
por título "Festividad" y que pareció una recreación de la Última
Cena de Jesucristo con sus apóstoles realizada por Leonardo da Vinci, en este
caso sustituidos por drag-queens, una modelo trans y el cantante Philippe
Katerine casi desnudo, con algunos atributos de Dionisos, el dios griego del
vino y la fiesta.
Incluso el presidente de Turquía, el
islamista Recep Tayyip Erdogan, invitó al papa Francisco a manifestar una
postura común sobre esta escena "y elevar la voz de forma conjunta” contra
unos actos que, en su opinión, “ridiculizan los valores morales y religiosos y
pisotean el honor humano bajo el disfraz de la libertad de expresión y la
tolerancia”.