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Title: Los diputados tienen que desligarse de sus financistas
Author: LA NUEVA
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A la fecha, todos los diputados que llegan al Congreso de la República de Guatemala, que es el parlamento del país más importante y grande,...
A la fecha, todos los diputados que llegan al Congreso de la República de Guatemala, que es el parlamento del país más importante y grande, están bien comprometidos con sus financistas, que de una manera u otra, en distintas medidas, han contribuido para que ocupen un escaño en el corazón de la política nacional.
Todo comienza en los partidos políticos, que hoy en día constituyen la única vía para alcanzar el poder público con todos sus aciertos y defectos, y es ahí donde los politiqueros, y contados políticos que se han ido formando con la práctica, adquieren una serie de compromisos, que seguramente para ellos es difícil alejarlos así por así.
Seguramente, muchos se preguntarán por qué la crisis de los partidos políticos, y no le encuentran una respuesta fácil, ya que la historia no registra todo; lo hacen los historiadores a propósito, porque son servidores de una ideología simplemente de patrones que les pagan por lo que escriben y hacen constar, incluso en las simples actas de las instituciones públicas y privadas.
Además, seguramente muchos no lo saben, y si lo conocen se hacen los desentendidos para no involucrarse y no ser llamados a testificar de hechos que se han registrado en todo el país. Por ejemplo, nadie habla de los inicios del enfrentamiento armado de 36 años que vivió el país, ni de los motivos, porque los guatemaltecos se enfrentaron en una conflagración sangrienta.
No podemos solamente lamentar lo que a la fecha estamos viviendo en el país: falta de liderazgo, ausencia de personas que quieran comprometerse e involucrarse con la justicia, la verdad y la pobreza; desinterés y apatía de los jóvenes con la realidad de Guatemala, sino que saber de nuestra historia para adquirir conciencia de la sociedad en la que vivimos
Tenemos que saber que los 36 años de guerra no solo sirvieron para defender supuestamente la democracia para unos y para otros alcanzar el poder mediante la lucha armada. Sirvió, sobre todo, para destruir nuestras bases y columnas fundamentales, como la inteligencia, el liderazgo y, de buena forma, el sistema educativo que en lugar de mejorar cayó en un abismo profundo.
Los guatemaltecos tenemos que descubrir otras alternativas tendentes a encontrar soluciones a todo lo destruido; hacer que los diputados se desliguen de sus financistas, crear nuevas formas de pensamiento y encontrar a líderes que de verdad sirvan para guiar a la sociedad guatemalteca.
En Guatemala tenemos que trabajar en el fortalecimiento de las instituciones públicas, porque hay un Estado débil, que debe preocuparse por la educación, como base fundamental para el progreso y el desarrollo, y de esa forma recuperar todo lo perdido y hacer de nuestro país un paraíso de progreso para todos. La esperanza está en el nuevo gobernante, que comienza en enero próximo.

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