La vacuna experimental contra la COVID-19 de la biotecnológica estadounidense
Moderna, cofinanciada por el gobierno de Estados Unidos, entrará en la tercera
y última fase de ensayos
clínicos en julio con
30,mil voluntarios, anunció este 11 de junio, la compañía.
Se trata de la fase
decisiva de los ensayos, que permitirá ver, en una gran muestra de personas
sanas, si la vacuna es más efectiva que un placebo para prevenir la infección
por el nuevo coronavirus.
Se concluyó el
protocolo con la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y el ensayo se
llevará a cabo en colaboración con los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Moderna está –junto
con la Universidad de Oxford, que también lanzó un ensayo a gran escala con
10,000 voluntarios y espera los primeros resultados en septiembre– a la cabeza
en la carrera mundial de vacunas.
La compañía
biotecnológica recibió 483 millones de dólares del gobierno de Estados Unidos.
Si la dosis elegida para las pruebas (100 microgramos) demuestra ser efectiva, Moderna planea producir 500 millones de dosis por año y “posiblemente hasta 1,000 millones”.