El
1 de diciembre se conmemoró el 78 aniversario de la AUTONOMÍA UNIVERSITARIA, y
de seguro hubo el respectivo Acto Protocolario para "celebrar" ese
trascendental acontecimiento histórico en el desarrollo de la tricentenaria
Universidad de San Carlos de Guatemala, sin faltar, desde luego, los alusivos
discursos sobre el significativo LEGADO de la Revolución de Octubre de 1944,
cuyo atributo jurídico le permite
autogobernarse y contar con su propio basamento conforme lo establece nuestra Carta Magna y su Ley
Orgánica, en donde libertad de cátedra,
investigación y administración de su patrimonio garantizan la universalidad del
conocimiento y la obligación de
contribuir a la transformación de la sociedad con base en principios
filosóficos, científicos y académicos acumulados en el transcurso de la
historia.
La
AUTONOMÍA UNIVERSITARIA, sistemáticamente se ha mancillado por gobiernos
autoritarios de turno y a la vez, traicionada por ciertas personas y grupos con
poder político al interior y con mayor rigor al exterior de la institución,
pues la defensa y denuncia de violación
constante a los derechos fundamentales de la sociedad, en ciertos momentos de
su historia, han atrofiado aviesos y obsesionados intereses NO convergentes con la realidad vivida en
nuestro país.
La
comunidad SANCARLISTA, en su mayoría, estuvo ausente de dicha conmemoración,
pues ha habido acontecimientos políticos inadmisibles antes, durante y después
del último proceso electoral para elección de RECTOR, con incidencia en la
confrontación e inconformidad de distintos sectores universitarios que fueron
testigos del cómo y quiénes fraguaron la estrategia para validar una elección
"viciada" en todo el contexto de su desarrollo.
Sin
tomar en cuenta el irreversible daño causado por ese actuar fuera de principios
y valores que rigen para la UNIDAD y la convivencia universitaria con prioridad
en la defensa de la AUTONOMÍA, así como el debido cumplimiento del basamento
legal que garantiza el desarrollo de una DEMOCRACIA con soporte de
participación y representación de distintos sectores que representan, en su
conjunto, el quehacer universitario.
El
daño cualitativo y cuantitativo de esta nueva etapa de la historia
universitaria está latente, y quien no quiera verlo y asimilarlo en su justa
dimensión, es por algún interés personal o sectorial de universitarios que
comparten ese inmoral beneficio.
El
diálogo es el camino idóneo para resolver
antagonismos de cualquier naturaleza, y en este caso habría que
priorizar todo esfuerzo para pronto iniciarlo y dar una solución congruente con
la MISIÓN, FINES y OBJETIVOS de la AUTONOMÍA UNIVERSITARIA; y para tal
propósito era conveniente, durante la conmemoración del 78 aniversario de ese
invalorable Atributo Jurídico - Académico, anunciar por parte del Consejo
Superior Universitario su total disposición en cuanto a la conformación de una
Comisión Multisectorial, con inclusión de exfuncionarios, con credibilidad
debidamente comprobada, y poder obtener a la brevedad una propuesta que, al menos, permita iniciar el
Ciclo Académico 2023, en atención a la demanda de más de 200 mil estudiantes
que han perdido la oportunidad de acceder al debido e ineludible conocimiento
cualificado requerido.
VIVA
por siempre la AUTONOMÍA UNIVERSITARIA, garante de la libertad de cátedra,
investigación científica e insoslayable
autogobierno en su desarrollo integral, dentro de un contexto democrático
tolerante y solidario, en beneficio de la sociedad guatemalteca.