Como cada año en la
Solemnidad de Pentecostés, cientos de personas esperan desde primera hora de la
mañana su turno para entrar en el Panteón de Roma y contemplar la hermosa
“lluvia” de pétalos de rosa.
El Panteón de Agripa es uno
de los templos más emblemáticos de la Ciudad Eterna. Fue construido en el año
27 A.C. y era el principal lugar de culto dedicado a los dioses paganos de la
antigua Roma.
En el año 608, el Papa
Bonifacio IV traspasó los huesos de los mártires de las catacumbas a este
templo, y fue así como se convirtió en la Basílica de Santa María de los
Mártires.
Sin duda, lo que más llama
la atención de este templo es su increíble arquitectura y el gran hueco central
situado en la bóveda desde donde, cada día de Pentecostés, llueven miles de pétalos
de rosa roja como símbolo de la venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María
y los Apóstoles.
Esta hermosa tradición tiene
lugar alrededor de las 12 p.m (hora de Roma) tras una Misa, este año celebrada
por el Cardenal Seán Patrick O’Malley.
Al finalizar la ceremonia,
los bomberos de la ciudad de Roma tiraron los miles de pétalos desde lo alto,
logrando que aquellos afortunados que pudieron presenciar este extraordinario
evento se estremecieran ante tanta belleza.