Cuarenta y tres reos permanecen en el cuartel
que dirigía Edwin Patzán, ultimado por un sicario este sábado 4 de noviembre
cuando ingresaba a la base militar; además, un guardia de presidios resultó
herido, de quien no se dio mayor información.
Narcotraficantes y peligrosos
pandilleros figuran entre los 43 reos que resguarda la cárcel habilitada en el
cuartel Matamoros, ubicado en la zona 1 capitalina.
En 2016 el entonces ministro de
Gobernación, Francisco Rivas Lara, fue quien ordenó que nuevamente se
habilitaran las celdas en ese lugar y que varios reos que permanecían “hacinados”
en el cuartel Mariscal Zavala fueran trasladados al cuartel Matamoros, después
de que se hicieron varias remodelaciones y se construyeron módulos adicionales.
En la cárcel cuya capacidad máxima es
para 32 reos, permanecen Eduardo Villatoro Cano, alias Wayo Cano, señalado de la masacre de agentes de la PNC en una
subestación de Salcajá, Quetzaltenango; Marvin Montiel Marín, el Taquero, sentenciado por la muerte de un
grupo de 15 nicaragüenses y sospechoso de la muerte del capitán Byron Lima
Oliva, así como José Alejandro Jiménez González, condenado a 30 años por la
muerte del cantautor argentino Facundo Cabral.
La cárcel en el cuartel Matamoros fue
habilitada en 2010 a petición de la Comisión Internacional Contra la Impunidad
en Guatemala (Cicig) para resguardar a exfuncionarios señalados en casos de
corrupción.
Cada carceleta en el cuartel Matamoros
mide 3.70 metros de largo por 2.70 de ancho, cada una tiene dos literas
construidas con planchas de cemento, además de un sanitario y una ducha; la
primera sección tiene capacidad para 16 personas.
La segunda sección es una sola celda que
tiene la capacidad para ocho reos, quienes duermen sobre planchas de cemento y
comparten un sanitario y una ducha.
El área perimetral es custodiada por
guardias del Sistema Penitenciario (SP). En el cuartel hay presencia militar,
pero no interfieren con la logística de Presidios, según lo que han informado.
La cárcel de Matamoros fue habilitada
para resguardar a procesados cuya integridad podría estar en riesgo. Entre los
reos peligrosos se encuentra el pandillero Rudy Augusto Alfaro, alias Smurf, quien fue condenado a 28 años de prisión por la muerte de un
piloto y un ayudante de la ruta 32 en 2007, aunque también se le atribuyen
otros crímenes.
En su momento, el expresidente Otto
Pérez Molina y la exvicepresidenta Roxana Baldetti permanecieron varios meses
recluidos por el caso La Línea, posteriormente fueron llevados a la cárcel en
Mariscal Zavala y Santa Teresa, respectivamente.
En marzo de 2021, durante una requisa
efectuada en el sector donde se encuentra el Smurf fueron halladas tres armas de fuego escondidas en una bocina.
Las investigaciones de la PNC determinaron posteriormente que pretendían
amotinarse.