“Que se haga todo lo posible para evitar que el conflicto se
agrave”, es el ruego del papa Francisco tras el Ángelus, por la grave situación
en Israel y Palestina; además expresó que su pensamiento es por los más
pequeños, víctimas también en Ucrania y en todas las guerras del mundo. Además,
se refirió a las víctimas del terremoto de Nepal, a los refugiados afganos en
Pakistán y a los afectados por el mal tiempo en Italia.
"Por favor, deténganse en nombre de Dios: ¡alto el
fuego!", es la súplica del pontífice. Su esperanza es "que se busquen
todas las vías para que se evite absolutamente una ampliación del conflicto, se
pueda socorrer a los heridos y la ayuda llegue a la población de Gaza, donde la
situación humanitaria es muy grave".
El santo padre se dirigió sobre todo a los niños, a los muchos que
aún son rehenes de Hamás, para "que vuelvan con sus familias", y a
los implicados en todos los aspectos trágicos de este conflicto y de otros en
todo el mundo.
“Sí, pensemos en los niños, en todos los niños implicados en esta
guerra, así como en Ucrania y en otros conflictos: así se está matando su
futuro. Recemos para tener la fuerza de decir ‘basta’”.
El pontífice se dirigió también a la población de Nepal, donde el
pasado viernes un terremoto en el noroeste del país causó más de cincuenta
muertos, dejando a miles de personas sin hogar, y "a los refugiados
afganos que han encontrado refugio en Pakistán, pero que ahora ya no saben adónde
ir".
El gobierno de Islamabad, de hecho, ha ordenado al millón
setecientos mil afganos que viven ilegalmente en Pakistán que abandonen el
país, para no ser detenidos e internados en centros construidos por el
gobierno.
Por último, el papa Francisco rezó "por las víctimas de las
tormentas e inundaciones, en Italia y en otros países". Toscana es la
región más afectada, con siete muertos por el mal tiempo, casi cuatro mil
operaciones de rescate y dieciséis mil consumidores de electricidad desconectados.