El santo padre recibió en audiencia a
una delegación del Real Club de Tenis de Barcelona, España, con motivo del 125
aniversario de su fundación, y los animó a seguir trabajando por el desarrollo
humano integral con el deporte como un instrumento para lograrlo, con quienes
se reunió este lunes 29 de enero por la mañana en el Vaticano.
“El tenis, no siendo un juego de equipo,
sino individual o por parejas, plantea una faceta interesante para la reflexión
sobre las oportunidades que ofrece el deporte para el crecimiento de cada
persona y de la sociedad”, planteó el santo padre en su saludo a los miembros
del Real Club de Tenis de Barcelona.
Además, el obispo felicitó a los
italianos, "porque ayer ganaron en Australia", refiriéndose a la
victoria del tenista Jannik Sinner en el Abierto del domingo 28.
"Parecería que la confrontación de
los jugadores tenga que ver sobre todo con el afán de quedar por encima del
contrincante", añadió el pontífice. "Sin embargo, asomándonos a la
historia de vuestro club se puede apreciar que, en realidad, desde su origen
inglés, es expresión de la apertura de los fundadores a lo bueno que podía
venir del exterior y a un diálogo con otras culturas, que les permitió dar vida
a nuevas realidades", comentó.
Francisco subrayó que "esta es una
lección tan válida para nuestros días como lo fue hace 125 años. Ni en el tenis
ni en la vida podemos ganar siempre, pero será un combate enriquecedor si,
jugando de forma educada y según las reglas, aprendemos que no es un combate
sino un diálogo que implica nuestro esfuerzo y nos permite superarnos".
De manera espontánea, el sucesor de
Pedro los incentivó a concebir el deporte no solo como un combate sino también
como un diálogo que, "en el caso del tenis, tantas veces llega a ser
artístico".
"En el campo de juego como en la
existencia, a veces nos sentimos solos, otras veces sostenidos por quien juega
con nosotros este partido de la vida", sostuvo. Pero acotó que
"incluso cuando jugamos en 'individuales', estamos siempre en la presencia
del Señor que nos enseña lo que significa el respeto, la comprensión y la
necesidad de una comunicación constante con el otro".
En la última parte de su alocución,
Bergoglio recordó que este club ha formado figuras del tenis internacional y es
un gran reto, "pero cuando trabajamos con estos niños, que sueñan con un
porvenir deportivo de excelencia, las exigencias del entrenamiento no pueden
estar por encima de su crecimiento integral; no hay nada más importante que ese
desarrollo humano y espiritual". En este sentido, aseveró que el deporte
tiene que ayudar al desarrollo, no ser el centro, sino ayudar a ello.
El obispo de Roma les exhortó a cuidar
de los niños, "de aquellos que pueden beneficiarse de los valores del
deporte en ámbitos sociales complejos y también de quienes podrían llegar a
triunfar en la alta competición", y les impartió la bendición apostólica.