Por
Noticias del Vaticano
El papa Francisco afirmó que con el
milagro de la Eucaristía, Jesús “nos salva, alimentando nuestra vida con la
suya”, en su reflexión antes del rezo del Ángelus este domingo 18 de agosto.
Ante miles de fieles reunidos en la
Plaza de San Pedro en el Vaticano, el santo padre meditó sobre el Evangelio de
hoy, en el que Jesús les dice a todos que es “el pan vivo bajado del
cielo"; ante lo cual caben dos actitudes: “asombro y gratitud ante el
milagro de la Eucaristía”.
Tras resaltar que “Jesús
siempre nos sorprende”, el papa Francisco indicó que “el pan del cielo es un
don que supera todas las expectativas” y destacó que “la carne y la sangre (…)
son la humanidad del Salvador, su propia vida ofrecida como alimento para la
nuestra”.
El pontífice señaló luego
que “con el corazón podemos decir gracias, gracias. El pan celestial, que viene
del Padre, es el Hijo hecho carne por nosotros. Este alimento es más que
necesario, porque sacia el hambre de esperanza, el hambre de verdad, el hambre
de salvación que todos sentimos no en el estómago, sino en el corazón. La
Eucaristía nos es necesaria a todos”.
Tras precisar que la
Eucaristía “no es algo mágico”, el obispo de Roma subrayó que “Jesús se ocupa
de la mayor necesidad: nos salva, alimentando nuestra vida con la suya, y esto
para siempre. Y gracias a Él podemos vivir en comunión con Dios y entre nosotros”.
El papa animó a preguntarse
si “cuando recibo la Eucaristía, que es el milagro de la misericordia, ¿soy
capaz de maravillarme ante el Cuerpo del Señor, muerto y resucitado por
nosotros? Oremos juntos a la Virgen María, para que nos ayude a recibir el don
del cielo en el signo del pan”.