Dr. Mario Armando Cabrera Márquez
La cita cristiana la desfiguran los
humanos con “Armaos los unos contra los otros”, dicha por Mario Moreno (Cantinflas),
en “Su Excelencia”, y bosqueja lo que ocurre y ha ocurrido por los siglos de
los siglos. No echemos más leña al fuego, y contribuyamos a luchar por la paz y
la tranquilidad, en congruencia con lo que en materia religiosa ordena nuestra
Constitución Política:
“Artículo 36. Libertad de religión.
El ejercicio de todas las religiones es libre. Toda persona tiene derecho a
practicar su religión o creencia, tanto en público como en privado, por medio
de la enseñanza, el culto y la observancia, sin más límites que el orden
público y el respeto debido a la dignidad de la jerarquía y a los fieles de
otros credos”. Los subrayados son
nuestros.
La ley citada garantiza el respeto a
las más de dos mil religiones mundiales, incluidas el cristianismo, con
católicos y protestantes; el islamismo de los musulmanes; el hinduismo, el
budismo, el judaísmo, y muchas otras más. Mediante las religiones, todas buscan
relacionarse con Dios, o con sus dioses. El catolicismo es monoteísta; y
asimismo, sigue las enseñanzas de Jesucristo, quien exhorta a “Id y predicad el
evangelio”; similar a la expresión universitaria sancarlista de “Id y enseñad a
todos”.
El cristianismo se nutre de la Biblia, en LA PRIMERA CARTA DE SAN JUAN,
dirigida a varias comunidades de Asia Menor, y predica: «El que no ama no ha conocido
a Dios». Solo el que ama lo conoce y entra en íntima comunión con Él. Pretender amar a Dios sin amar
a los hermanos es el peor de los engaños.
Los antecedentes citados permiten matizar el
empeño del papa Francisco, quien recién destaca la labor del Instituto para el
Diálogo Interreligioso de la Argentina realizado en Roma, en el que se reflexiona
sobre el documento "Fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia