Con motivo de la Fiesta del
Sagrado Corazón de Jesús, que se celebrará este viernes 16 de junio,
compartimos la explicación que dio el mismo Cristo sobre el significado de su
Corazón traspasado en la cruz.
En la Biblia se narra que
Jesús, muerto en la cruz, recibió una lanzada que le traspasó el corazón.
En el Evangelio de San Juan
se narra: “Al llegar a Jesús, viendo que estaba muerto, no le quebraron las
piernas; sino que un soldado le abrió el costado con una lanza. En seguida
brotó sangre y agua”.
“Esto sucedió de modo que se
cumpliera la Escritura que dice: No le quebrarán ni un hueso; y otro pasaje de
la Escritura dice: Mirarán al que ellos mismos atravesaron”, agrega el Apóstol.
Muchos siglos después, el
Señor le reveló a Santa Catalina de Siena (1347-1380), laica italiana y Doctora
de la Iglesia, el sentido de este misterioso hecho. Santa Catalina le preguntó
al Señor: “Dulce Cordero sin mancha, Tú estabas muerto cuando tu costado fue
abierto. ¿Para qué, entonces, permitiste que tu Corazón fuese de tal forma
herido y abierto a la fuerza?”.
Cristo le contestó: “Por
varias razones, de las que te diré la principal. Mis deseos hacia la raza
humana eran infinitos y el tiempo actual de sufrimiento y tortura estaban al
terminar”. “Ya que mi amor es infinito, yo no podía por este sufrimiento (temporal)
manifestarte cuánto te amo. Es por eso que yo quise revelarte el secreto de mi
Corazón, permitiéndote verlo abierto, para que puedas entender que te amé mucho
más de lo que te podía probar por un sufrimiento que ha terminado”.
Más de trescientos años
después, Jesucristo se le presentó en varias ocasiones a Santa Margarita María
de Alacoque (1647-1690) y, mostrándole su Sagrado Corazón, le pidió que
comparta una serie de mensajes para la salvación de la humanidad. “He aquí el
Corazón que tanto ha amado a los hombres y que no ha ahorrado nada hasta el
extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en
compensación, sólo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes por medio de
sus irreverencias y sacrilegios, así como por las frialdades y menosprecios que
tienen para conmigo en este Sacramento de amor. Pero lo que más me duele es que
se porten así los corazones que se me han consagrado”, le reveló.
“Por eso te pido que el
primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial
para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y
reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido
expuesto en los altares. También te prometo que mi Corazón se dilatará para
esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan
ese honor y procuren que se le tribute”, añadió.