Juan Pablo tiene ocho años
de vestir como Santa Claus, y aunque todo comenzó por un favor a un amigo,
quien le pidió que se disfrazara para entregarle los regalos a su hija, la
actividad fue tan satisfactoria que decidió hacerlo profesionalmente y de eso
han pasado varias Navidades que lo han hecho feliz.
Desde que comenzó, se ha ido
profesionalizando más y por ello estuvo en el congreso para lograr un mayor
encanto principalmente con los niños.
Durante tres días compartió
con Santas de todo el mundo, quienes contaron cómo se vive la Navidad en sus
países. La mayoría de los participantes rondan los 70 años de edad.
Además, tuvieron talleres,
clases de interpretación teatral, charlas de los personajes, así como cursos de
maquillaje y tratamiento de la barba.
En el congreso, cada Santa
debía hacer una presentación. En el turno de Juan Pablo, él mostró a Guatemala
como el país de los tamales, los chinchines, el ponche y los cuetes de las 12.
“Fue una experiencia
maravillosa que me dejó muchas ideas. Estaba tan emocionado que me tomaba fotos
con los Santas”, comentó el guatemalteco.
Además, dice que una de las mejores experiencias fue ver cómo se cuidan
los Papás Noel, pues ellos viven el personaje todo el año, por eso cuidan su
barba larga y blanca.