El papa ha recibido a los miembros del
Centro de Investigación y Formación para la Protección del Menor (Ceprome) y
les ha expresado su gran preocupación sobre las grabaciones de pornografía
infantil: “¿Dónde se hace esta pornografía infantil? ¿En qué país se hace?
Nadie lo sabe. Pero es la criminalidad puesta al servicio de cada uno a través
de sus telefonitos”, expresó este lunes 25 de septiembre.
Los miembros del Ceprome son un equipo
de profesionales de distintas disciplinas y de distintos países de América
Latina que desean que la Iglesia sea un lugar cada vez más seguro para todos,
especialmente para los niños, niñas, adolescentes y adultos vulnerables.
Su santidad recordó el relato evangélico
del Juicio Final en el que escuchamos las perturbadoras palabras del gran Rey:
«Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos,
lo hicieron conmigo». Les ha expresado que “cómo cambiaría el mundo si nos
convenciéramos interiormente de que cada uno de los pequeños que encontramos
son reflejo del rostro de Dios”, y si viéramos en el sufrimiento de cada niño,
de cada persona vulnerable “un trazo impreso en el velo con el que la Verónica
enjugó el rostro de Cristo”.
Francisco indica que el Ceprome trata de
trabajar y aplicar métodos cada vez más adecuados para erradicar la lacra de
los abusos, tanto en la Iglesia como en el mundo, y pide no olvidar un dato
importante: “Los abusos que han golpeado a la Iglesia no son más que un pálido
reflejo de una triste realidad que abarca a toda la humanidad, y sobre la que
no se presta la necesaria atención”. De hecho, el papa explica que “alguno
puede decir, ah no son tantos entonces, si fuera uno solo, ya sería
escandaloso, uno solo y son más de uno”.
El santo padre insiste en que la Iglesia
ha avanzado bastante en este camino, y asegura que “no lo dejará de hacer”, al
mismo tiempo que agradece públicamente al cardenal que fue capaz de agarrar una
“papa caliente” como era Boston en aquel momento y cuidó a “los chicos
heridos”.
El papa espera que los pasos y las
conquistas de la Iglesia en este camino “puedan ser un acicate para que otras
instituciones promuevan esta cultura del cuidado”. Además, propone a la
sociedad y a las instituciones que nuestro esfuerzo no se quede “en la mera
aplicación de protocolos, sino que los confiemos a Jesús en la oración”.
El último tema del que ha hablado Francisco
ante los miembros del Ceprome, pero no por ello el menos importante, ha sido el
de las grabaciones de pornografía infantil: “No quiero que pase sin que haga
una atención a un problema que es muy grave en esto de los abusos, las grabaciones
de pornografía infantil, que lamentablemente pagando una cuotita ya lo pueden
tener en el teléfono”.
Su santidad pregunta: “¿Dónde se hace
esta pornografía infantil? ¿En qué país se hace? Nadie lo sabe”. “Pero –asegura
firmemente– es la criminalidad puesta al servicio de cada uno a través de sus
telefonitos”. Por ello, destaca su exhortación a enfocarse en este tema: “Por
favor, hablemos de esto también. Porque esos niños que son grabados, son
víctimas, víctimas sofisticadas de esta sociedad de consumo. No se olviden de
este punto que a mí me preocupa mucho”, recomienda.