El papa Francisco, al recordar que este
domingo 11 de febrero se celebra la Jornada Mundial del Enfermo dijo que,
“todos estamos llamados a estar cerca de los que sufren, a visitar a los
enfermos, como nos enseña Jesús en el Evangelio”.
Además, el pontífice denunció que, “hoy
en día hay muchas personas a las que se les niega el derecho a los cuidados y,
por tanto, el derecho a la vida”. También invitó a seguir rezando por las
poblaciones afectadas por la guerra.
Este 11 de febrero, VI Domingo del
Tiempo Ordinario, el papa Francisco después de rezar el ángelus, recordó que
fue canonizada María Antonia de Paz y Figueroa, la primera santa argentina,
fundadora de la casa de ejercicios espirituales en Buenos Aires, en una
celebración que su santidad presidió en la Basílica de San Pedro.
Asimismo, el santo padre señaló que este
11 de febrero, en la memoria litúrgica de la Santísima Virgen María de Lourdes,
se celebra la Jornada Mundial del Enfermo, que este año centra su atención en
la importancia de las relaciones en la enfermedad.
“Lo primero que necesitamos cuando
estamos enfermos es la cercanía de los seres queridos, del personal sanitario
y, en nuestro corazón, la cercanía de Dios. Todos estamos llamados a estar
cerca de los que sufren, a visitar a los enfermos, como nos enseña Jesús en el Evangelio.
Por eso hoy quiero expresar mi cercanía y la de toda la Iglesia a todas las
personas enfermas o más frágiles. No olvidemos el estilo de Dios: cercanía,
compasión y ternura”.
Asimismo, el obispo de Roma dijo que, al
celebrar esta jornada, no podemos ignorar el hecho de que hoy en día hay muchas
personas a las que se les niega el derecho a los cuidados y, por tanto, el
derecho a la vida.
“Pienso en quienes viven en la extrema
pobreza; pero también pienso en los territorios en guerra: ¡allí se violan
todos los días los derechos humanos fundamentales! Es intolerable. Recemos por
la atormentada Ucrania, por Palestina, oremos por Myanmar y por todos los
pueblos atormentados por la guerra”.
Y antes de despedirse de los más de 20
mil fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar
a la Madre de Dios, el papa Francisco saludó a las diferentes delegaciones que
llegaron de diversos países del mundo.