Por Vaticano
En su visita pastoral a la ciudad de
Trieste, Italia, con motivo de la Semana Social de los católicos en Italia, el
pontífice exhortó a ser profetas y testigos del Reino de Dios, “escándalo de la
fe”.
“¿Por qué permanecemos apáticos e
indiferentes ante las injusticias del mundo?”, fue una de las preguntas para la
reflexión que ha dejado el papa Francisco en su homilía de la misa celebrada
este domingo 7 de julio en la Plaza de la Unità D’ Italia.
El santo padre recordó al inicio de su
reflexión que “para despertar la esperanza de los corazones afligidos y
sostener las fatigas del camino, Dios siempre ha suscitado profetas en medio de
su pueblo”.
Y se refirió a la experiencia de Jesús
que “vive la misma experiencia que los profetas. Vuelve a Nazaret, su patria,
entre la gente con la que creció, y sin embargo no es reconocido, incluso es
rechazado: Vino entre los suyos, y los suyos no le recibieron (Jn 1,11)”.
Precisado que el rechazo a Jesús era por
su humanidad: “El obstáculo que impide a esta gente reconocer la presencia de
Dios en Jesús es el hecho de que es humano, es simplemente el hijo de José el
carpintero”.
“Hermanos y hermanas, este es el
escándalo –expresó Francisco–: una fe basada en un Dios humano, que se abaja
hasta la humanidad, que se preocupa por ella, que se conmueve por nuestras
heridas, que toma sobre sí nuestro cansancio, que se parte como pan por
nosotros”.