Una tragedia totalmente previsible y evitable involucró a 100 bebés en Italia, cuando una bacteria hallada en un hospital de Verona, mató a 4 menores, dejó en grave estado cerebral a 9 y afectó a otros 87.
Una investigación de la Fiscalía General de Italia reveló,
tras la denuncia de los padres, que la bacteria Citrobacter koseri fue la
causante de los casos entre mediados de 2018 y este año. Según se desprende de
la causa penal, la bacteria mortal se encontraba en una de las canillas de agua
que se usan para limpiar biberones en la unidad de cuidados Intensivos del
Hospital de la Mujer y el Niño de Verona, la causante de las muertes y daños,
algunos muy graves, en otros 96 recién nacidos.
En esos dos años, el hospital de Verona no advirtió nada
sobre la epidemia a las autoridades sanitarias y no se respetaron las normas de
higiene para prevenir infecciones.
La fiscalía también comunicó que la citrobacter habría
colonizado la canilla, quizás por no respetar las medidas de higiene, aunque
otra hipótesis es por haber utilizado agua de la canilla en lugar de agua
esterilizada. “La falta de higiene de las manos, productos en uso sin fecha de
apertura y sin tapón, no cambiar los guantes con paciente nuevo”, son algunas
de las anomalías señaladas por la fiscalía.