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Title: El deterioro institucional y la corrupción marcan el inicio del proceso electoral 2023 en Guatemala
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  Por Carlos S. Maldonado Guatemala ha iniciado cojeando el proceso electoral de cara a las presidenciales de junio. Los magistrados del T...

 


Por Carlos S. Maldonado

Guatemala ha iniciado cojeando el proceso electoral de cara a las presidenciales de junio. Los magistrados del Tribunal Electoral, tras un encierro de horas, fallaron contra un recurso interpuesto por el Movimiento de Liberación de los Pueblos (MLP), organización de izquierda a la que se le negó la inscripción de sus candidatos, la líder maya Thelma Cabrera y el exprocurador de derechos humanos Jordán Rodas.

De esta manera el tribunal deja fuera de la contienda a dos candidatos críticos con el Gobierno, que cuentan con el respaldo de miles de campesinos e indígenas. “Fue una decisión arbitraria, sustentada en la ilegalidad”, dice a este periódico Rodas desde Bogotá, donde recibió la noticia de que su candidatura a la vicepresidencia ha sido rechazada. “Esto es una vendetta. Me pasan la factura los sectores más conservadores de Guatemala, para los que soy una piedra en el zapato”, asegura Rodas.

Cabrera y Rodas anunciaron el 28 de diciembre su decisión de competir en las presidenciales. Y a finales de enero acudieron al Tribunal Electoral para inscribir sus candidaturas, inscripción que fue negada porque, según dijeron los funcionarios a cargo del proceso, Rodas tiene una investigación en curso por supuestas irregularidades durante su gestión al frente de la Procuraduría de Derechos Humanos.

Él asegura que la noticia le sorprendió, porque no había sido notificado. “Cumplo con todos los requisitos de la Constitución y la Ley Electoral”, dice Rodas. “Esta es, evidentemente, una estrategia con fines políticos en mi contra. Mi sucesor en la Procuraduría ha puesto una denuncia sin decir de qué se me acusa y la envió a la Contraloría. Dice que hay irregularidades, pero sin aclarar cuáles son”, se defiende Rodas.

Para él se trata de una estrategia política de sectores conservadores que cuentan con mucho poder en Guatemala, como empresarios y exmilitares, a los que Rodas ha denunciado por actos de corrupción. En agosto pasado, durante una entrevista con EL PAÍS en lo que fue su despacho de la Procuraduría en Ciudad Guatemala, Rodas dijo: “Aquí hay que hablar claro, el CACIF [la principal organización empresarial] le ha hecho mucho daño al país.

Los que dominan la industria, la banca, que han acumulado fortunas en este modelo egoísta, estrechando la desigualdad. En lugar de velar por un sistema económico que genere mejores condiciones de vida, ellos se creen los dueños de la finca y actúan en consonancia, como capataces, y cada cuatro años solo ponen títeres en el poder, manipulan y le han dado oxígeno político a gente como [los expresidentes] Otto Pérez Molina, Jimmy Morales y Alejandro Giammattei”.

Sus críticas, sin duda, le han generado el desprecio de las grandes fortunas, en un país donde nada se mueve sin el visto bueno del gran capital. Estos sectores conservadores ven como una amenaza la candidatura de dos personas que han sido fuertes críticas del sistema, que denuncian la corrupción y la impunidad y que ponen su estrategia electoral centrada precisamente en la lucha contra lo que en Guatemala se ha llamado el “pacto de corruptos”, una alianza entre Gobierno y empresas donde imperan los abusos y arbitrariedades.

Cabrera y Rodas aseguran que agotarán todos los recursos legales que les permite el sistema guatemalteco para revertir la decisión del Tribunal Electoral. Rodas denunció ante el Ministerio Público de su país a Ramiro Muñoz, responsable del Registro Ciudadano de Guatemala —instancia a cargo de inscribir las candidaturas de los aspirantes a participar en el proceso electoral— y acudirán a la Corte de Constitucionalidad, la última esperanza que ambos candidatos tienen para que se les permita participar en el proceso electoral 2023. (AP)


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