Al menos 2122 personas han muerto y 2421
han resultado heridas como consecuencia del terremoto que sacudió en la noche
del viernes 8 al sábado 9 de agosto, la región del Alto Atlas, cerca de
Marrakech, según el último balance oficial. Mientras continúan las labores de
rescate, evacuación y atención a las víctimas.
Los rescatistas aceleraron la búsqueda
de posibles sobrevivientes atrapados bajo los escombros de las localidades
arrasadas. Las autoridades públicas están todavía movilizadas para acelerar las
operaciones de rescate y evacuación de los heridos, informó el Ministerio de
Interior.
La provincia de Al Hauz, epicentro del
sismo, fue la más golpeada y registró 1293 muertos, seguida de Tarudant con 452
víctimas fatales. En estas dos zonas situadas al sudoeste de la turística
ciudad de Marrakech, la sacudida destruyó aldeas enteras.
Muchos residentes acudieron a los
hospitales de esa ciudad a donar sangre para las víctimas.
El pueblo de Tafeghaghte, unos
kilómetros al oeste, quedó prácticamente destruido por el terremoto, cuyo
epicentro se ubicó a solo medio centenar de kilómetros.
Muchos de los sobrevivientes acudieron
al cementerio para el entierro de unas 70 personas, en ceremonias desoladoras
marcadas por los gritos y el llanto.
El reino decretó tres días de luto
nacional y dirigentes del mundo entero, España, Francia Israel y Estados
Unidos, enviaron las condolencias a Rabat.
Incluso Argelia, un país vecino
enemistado con Marruecos, abrió su espacio aéreo cerrado desde hace dos años
para los aviones que transporten ayuda humanitaria y evacúen heridos.
Los equipos de rescate de Marruecos
trabajan contrarreloj para encontrar supervivientes del fuerte terremoto.
La peor destrucción se produjo en zonas
montañosas aisladas, de difícil acceso. Los residentes han descrito aldeas
enteras dañadas y equipos de rescate incapaces de recuperar cuerpos de entre
los escombros.